Los ataques de asma producen un colapso respiratorio que dificulta el tránsito fluido y regular del aire. La medicina y los tratamientos farmacológicos son imprescindibles en los casos de crisis agudas, pero en ocasiones saber aplicar algunas normas de relajación también pueden atenuar la respiración.
Se trata de usar la relajación como un efectivo método para controlar las emociones que puede terminar con una crisis y apoyarse en ella para reestablecer el ritmo respiratorio correcto. La base de la relajación es mantener el control sobre la mente, con el fin de evitar la ansiedad y la sobreexcitación.
Algunos sencillos ejercicios de gimnasia respiratoria sirven para afrontar con mayor tranquilidad los posibles ataques. Es recomendable que sigas los siguientes pasos:
+ Inicia el ejercicio con una inspiración natural.
+ Debes iniciar la respiración recogiendo el aire por la nariz.
+ La espiración, en cambio, debes realizarla expulsando suavemente el aire por la boca.
+ Hazlo de forma lenta y pausada, alargando tanto como sea posible la espiración.
+ Al expulsar el aire debería provocar un ligero sonido silbante. Es una forma de comprobar que has realizado el ejercicio correctamente. En teoría la expulsión de aire debe ser tres veces más lenta que la recogida.
+ Respira de forma meditada durante quince minutos. Para mejorar el tratamiento contra el asma y para retrasar los posibles ataques debes practicar esta gimnasia dos veces al día: por la mañana y por la noche. Además, puedes recurrir a estos ejercicios siempre que intuyas que está a punto de aparecer un brote asmático.
+ Es recomendable que realices los ejercicios de pie. Esta posición es la que mantiene más despejados los conductos respiratorios y, por lo tanto, la más favorable para afrontar las crisis respiratorias. Sin embargo, también puedes hacer la gimnasia tumbado.